Creo que ya lo sé....sí, es fatal pero lo sé. Encontré al enemigo que me tendía el mantel y ponia sobre la mesa el servilletero listo para que elija la unica que iba a limpiarme la boca.
Creo que lo detecté, me costó, soy criminologa y no pude descifrar las pistas con las que el asesino decoraba mi casa desde hace un mes, hasta que una siesta el timbre me rebotó en el zaguán. Era el anónimo explicando mi muerte y mi nuevo nacimiento. Me costó 400 pesos de terapia al mes pero lo ubiqué, ya sé su direccion.
Mi terapeuta además de psicóloga, era detective.
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