El le pregunta si encima hay que vestirse bien.
Hace la pregunta inocente como si le pidiera amnistía.
Ella insinuando una malicia prefabricada le contesta que algunos pueden y que otros quedan bajo sus zapatillas cuando corre por la Avenida.
El le hace la pregunta destructiva. Prepara un misil liviano y lo estalla a un milímetro de sus párpados:
-qué quisiste decir?-
Ella recapacita. Entiende que ser malvada no es igual a ser una nena mala. Se echa atrás y abre el papiro milenario de las explicaciones. Pronuncia la palabra Oculto. La pone entrecomillas. Dice que no tiene sentido. Enumera múltiples acciones. Desparrama verbos como si se le cayeran encima al explotar una piñata. Talco. Papel picado. Caramelos. Cornetas. Pitos. El ruido de las sorpresitas cayendo. Los chicos entalcados gritando y reptando por el piso. Arañándose. Uno sobre otro. Dedos en los ojos. Soplidos agudos en los oídos. Quitándose esos juguetitos que perderán absoluto valor al salir del scrown. Es el momento del vale todo hasta que aparece un payaso repartiendo helados. Todos contra el payaso al otro win. Siempre queda alguno desmayado dentro de un circulo con talco sin poder recuperarse de las patadas en la nuca.
Ella se siente ridícula e intenta sobreponerse. Agrega el tono melancólico que nunca falla para ablandar a un hombre y termina admirándolo como si fuera una gata que goza tanto de las alturas que se tira sin saber a dónde va a caer.
El no le contesta. Efectivo . Certero. Usa el silencio como una puteada que hincha los ojos de vergüenza.
Ella le dice que espera haber solucionado su inquietud. El no contesta. Suspende en el aire las expectativas. Deja oscilar la piñata reventada mientras los chicos le pasan corriendo por debajo.
Hace la pregunta inocente como si le pidiera amnistía.
Ella insinuando una malicia prefabricada le contesta que algunos pueden y que otros quedan bajo sus zapatillas cuando corre por la Avenida.
El le hace la pregunta destructiva. Prepara un misil liviano y lo estalla a un milímetro de sus párpados:
-qué quisiste decir?-
Ella recapacita. Entiende que ser malvada no es igual a ser una nena mala. Se echa atrás y abre el papiro milenario de las explicaciones. Pronuncia la palabra Oculto. La pone entrecomillas. Dice que no tiene sentido. Enumera múltiples acciones. Desparrama verbos como si se le cayeran encima al explotar una piñata. Talco. Papel picado. Caramelos. Cornetas. Pitos. El ruido de las sorpresitas cayendo. Los chicos entalcados gritando y reptando por el piso. Arañándose. Uno sobre otro. Dedos en los ojos. Soplidos agudos en los oídos. Quitándose esos juguetitos que perderán absoluto valor al salir del scrown. Es el momento del vale todo hasta que aparece un payaso repartiendo helados. Todos contra el payaso al otro win. Siempre queda alguno desmayado dentro de un circulo con talco sin poder recuperarse de las patadas en la nuca.
Ella se siente ridícula e intenta sobreponerse. Agrega el tono melancólico que nunca falla para ablandar a un hombre y termina admirándolo como si fuera una gata que goza tanto de las alturas que se tira sin saber a dónde va a caer.
El no le contesta. Efectivo . Certero. Usa el silencio como una puteada que hincha los ojos de vergüenza.
Ella le dice que espera haber solucionado su inquietud. El no contesta. Suspende en el aire las expectativas. Deja oscilar la piñata reventada mientras los chicos le pasan corriendo por debajo.
3 comentarios:
conozco pefectamente la sensación de lanzar comentarios punzantes y en el torpe intento de limar los filos, enredarme con cables, sillas, mascotas, libros, hermanos, personas, guantes, lenguas, pestañas y etcéteras...
porque al fin y al cabo ser malvada siempre es ser una niña mala...
NO vayas a creer que con esto quiero burlarme. Solo lo escribi porque en tu contestacion de aquel post nos reflejamos todas las nenas malas de Tucuman
??????????
me perdí en la traducción...
en fin, ya no importa.
un abraço de oso
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