Nadie le había explicado la función que cumple el juego en la vida de un niño. Y ejecutando la prerrogativa de la niñez, se largó por las superficies del patio a correr sobre el perímetro marcado por dos mesas Pierre Cardin.
Aumentar la velocidad en las curvas implicaba, al parecer, la unica revolución explicíta. La capellada de goma resistente, la planta friccionando contra las baldosas percudidas improvisaban, por suerte, un antideslizante que evitaba el sangrado en las rodillas. Jugar era sencillamente eso. Lo que es, es. Lo que no es, no es. Podríamos decir.
Todas las mañanas antes de ir al jardín, jugaba en el patio cubierto de plantas como una selva proyectada con cuidado alrededor de las paredes, guardando una pausa para el Corazón de Jesús; que no era más que una estatuilla con un cristo común exhibiendo un corazón medio exagerado.
Un domingo mientras la madre leía el diario y su marido serruchaba un marco, el niño jugaba sobre las mismas pistas, acelerando en las curvas, cambiando de dirección: norte-sur o a la inversa.
Tres vueltas para un lado, tres vueltas para el otro.
Un parate en el medio.
Golpecito de capellada de goma sobre la baldosa.
Estiramiento de talón.
Elongar como en el ballet.
Solemne el gesto, las palpitaciones sobre las cuerdas vocales, el corazón era un pez ahogándose.
Inminente el sudor sobre las sienes.
Se apresta a correr en el sentido de las agujas del relój.
La madre le pregunta qué está haciendo. El niño le responde un poco turbado y en medio de la revolución: estoy jugando.
Los otros dos se ríen. ¿ Y eso es jugar para vos?. Carcajadas y anécdota popular galardonada en todas las reuniones de fin de año, ovacionada por la familia completa regodeándose sobre los márgenes del sainete y la mirada sabionda de los primos más chicos con los celulares en la mano como si fueran los joysticks del family game.
5 comentarios:
sus (más bien pocos) amigos, extenuados, dejaron de invitarlo a jugar. Ellos no se creen eso de acelerar en las curvas, aunque digan que así agarra mejor.
Oh qué hermoso!
Justo hoy estabamos almorzando en familia y con dos amigos invitados, unode mi hermano y una mía, y mi mamá empezó a contar como si nada lo poco audaz que yo era y que mi juego era "un papely un lápiz" y por esono sé andar en bici en fin todos se me cagaron de risa y yo mepuse colorada la puta madrer jajajaja
Aborrezco a los spammers.
q pelotutes
Buenísimo! Simple y profundo.
Me gusta su estilo!
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