Necesitaba alguien que le planche la ropa, que se la doble y deje una pila de colores diferentes sobre la cama. Quería llegar y asentar la cabeza sobre el cuello de una remera tibia con olor a Vívere, cerrar los ojos ablandando los párpados y dejar que las comisuras de la boca se estiren y tomen la dirección necesaria por naturaleza propia. Necesitaba alguien que limpie el lavabo del baño con virulana y Odex; en especial, el redondel de acero del desagüe que a veces queda manchado por el agua y la pasta dental. También pensó en los costados de la base del bidet y del inodoro, donde siempre queda un poquito de agua que, en el caso que sea por la mañana y llegara a pisarla con los pies sin medias mientras hace la pis, formaría una línea negra que traza las baldozas blancas del piso, como una frenada. Ese mínimo accidente le hace mirar para abajo y continuar hacia los zócalos, subir por los azulejos de la bañadera, llegar a la cortina plástica, verla y amargarse. Necesita alguien que toque el timbre a las nueve de la mañana; que pueda hacerle el favor de comprarle facturas mientrás tanto ella hace café y mira por la ventana hacia el jardín verde; ve caer una pelota de tenis o de paddle y después otra. El perro corre, muerde una y se la acerca hasta la ventana que está cerrada. Hay gente que juega al paddle a las nueve de la mañana. Cree que no debería comer facturas con crema pastelera, quizás con membrillo todo sería un poco más sano. Hay un pájaro sobre la antena de televisión; otro más. Este parece perdido, mueve el cogote levemente preocupado, mueve toda la antena (que ya de todos modos no sirve, creo que nunca cumplió su cometido, pero le gusta mirarla; cuando era chica quería llegar hasta ahí con la punta de los pies). A los gritos se les puede dar un significado. Pueden darse en los vuelos, en los reagrupamientos cuando aparece un depredador, en las paredes sexuales, en la cópula, en la alimentación de los jóvenes, etc. Así, a cada grito se le puede asignar una función particular. Por el contrario, el canto requiere de un análisis más profundo. Sus funciones son múltiples y a veces difíciles de identificar. Todas las aves emiten gritos, pero solo las oscinas (aves cantoras) que forman parte de las especies más evolucionadas, poseen cantos. Éste pobrecito que está asustadito, claramente y bajo todas las luces de la mañana, grita y encima se le mueve el pecho como si tuviera una sopapa que chupa y desgarra. Necesita alguien que saque el polvo de los vericuetos impenetrables entre los portarretratos y las cajitas de madera, tan pelotuditas e inoportunas, donde puede encontrar tarjetas de imprentas o de cambio de aceite y filtro, llaves de algún lugar que ni le importa averiguar, cintitas rojas, tickets de supermercado, tickets de carga de combustible, tickets de llamadas de larga distancia. Se pone un short y sale por el zaguán a la calle; los ojos desacostumbrados aún al sol, una oleada de motos "escape silence", ómnibus que van a tafí viejo; otros que, por la dirección contraria, van al centro; se detienen entre la fila del embotellamiento. Los pasajeros congelados la observan en plenario y en simultáneo; todos apuntando a la misma línea de vista. Ella les devuelve la mirada empezando por el primero desde la izquierda hasta el último de la derecha. No hay nada por lo que valga la pena tan desmesurada concentración; un short azul, dos piernas blancas y medio gordas, un par de zapatillas rojas, una musculosa roja también. Como si todos ellos, reunidos en asamblea, hubieran subido a ese ómnibus sólo para pararse unos instantes frente a su casa. No hay motivos para la intimidación. Ya que todo le ha quedado desierto; los actos del pasado y hasta incluso las elucubraciones, todo lo que emerge y explota en una diminuta tormenta sobre las aureolas de las copas. En otro momento le hubiera palpitado el corazón y hubiera considerado la posibilidad de su imágen en la carcel o en algún diario o en algún blog. Piensa en los apremios; necesita alguien que le lave la ropa, con Camellito y Vívere. Toda la ropa; el vestidor completo. Una a una las prendas, las medias, las bombachas y los corpiños también. Después rociar con algún desinfectante y vaciar el primer cajón donde guarda en una bolsa inmensa todos los cepillos de dientes que se van olvidando los que se van yendo. También los chocolates de regalo (que están en la misma bolsa de los cepillos) que nunca abrió por múltiples motivos; una bolsa acartonada con caramelos brasileros, una caja de alfajores cordobeces, un chocolate blanco cobertura chocolate negro, otra barrita del mismo sabor pero con un poema que no se anima a leer, el envoltorio de un paragüitas y el palito rojo, una tarjeta: "temporada de presentes", la palabra "amor" construída con las letras de la palabra Marlboro y atrás una fecha viejísima. Quiere poner música, pero en las últimas semanas (que son meses extremadamente largos) todos los discos que descarga son la misma guitarrita tintintin; y los otros, los que no son tan blanditos parecieran ser bandas sonoras de imágenes que había ejercitado con fruición en su cabeza para una próxima escena literaria o lo que venga. Necesita tapizar los sillones y limpiar la biblioteca, muy desprolija, un exabrupto de papeles al pedo. Mira la cama, vuelve a mirar la cama, la mira sola. Piensa que necesita con premura alguien que venga a fumigar; hace años que nadie fumiga. ¿Por qué pasó tanto tiempo sin que nadie venga a fumigar? ¿Y si hay alacranes? Se pregunta y se mira los pies sin medias; y también observa que el cuarto está lleno de muebles de madera donde podrían esconderse alacranes chiquititos, pero no por eso, menos venenosos. Se pregunta si es que habría que sacar todos los muebles del cuarto. Tirar todos los papeles de los cajones de la comoda (la mayoría, cuadernos de ejercicios poéticos dadá o poemas en verso libre o intentos de sonetos a lo "siglo de oro español") fumigar la parte de atrás de los espejos, fumigar las partes de atrás de todos los espejos; esa era la idea, la idea más genial.
2 de noviembre de 2008
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1 comentarios:
Hablas de tu vida??
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