29 de septiembre de 2008

Como el matrimonio. Como quien jura amor para siempre.

Admitiendo que el verano me sopla la panza flácida; el joven, galante y delgado me avisa que jugar al paddle podría ser una opción de lucha contra las 14 facturas por semana.
Problema numero uno: no tengo paleta. El joven cuenta con una súper de avanzada. Me dice que va a sacar turno y que va a cederme con toda caballerosidad la suya propia y que alquilará una en la administración de las canchas; horribles, de diseño plano y pesado, idéntico al diseño de los noventa en general. Me dice que no importa, que puede jugar con cualquiera; no contenta con la simplicidad de la solución, le formulo una contrapropuesta. Yo me compro una paleta de avanzada pero bajo una condición: que me prometa que vamos a jugar, como mínimo seis meses; y que en el transcurso del plazo no puede dejarme. Obligación de resultado sujeta a la profunda tristeza que imprimiría en mi corazón si me dejara con un elemento deportivo de doscientos cincuenta pesos, plantada en una cancha de paddle en medio del matorral caliente.

3 comentarios:

r dijo...

http://listado.mercadolibre.com.ar/paddle

Anónimo dijo...

la imagen: plantada en una cancha de paddle en medio del matorral caliente,podria hacer maravillas...los buenos finales,a veces podrian justificarlo todo.
saludos!=>

Anónimo dijo...

Voy retrocediendo con los comentarios, a ver si en algún Chupinogasta te vuelvo a ver, donde las canchas son de tierra compacta y al aire libre!

mariaeva