18 de marzo de 2007

Consultorios


Mi único remedio son los consultorios,
yo siempre que puedo,
visito consultorios.

No puedo evitarlo.
Al despertar pienso en mis rodillas y en los golpecitos para los reflejos
en ir a preguntar si todos mis órganos internos están bien
si no tengo cáncer y si mis defensas son buenas
si la cantidad de calorías que consumo es correcta
cómo está mi nivel de glucosa en la sangre
en qué estado se encuentran mis dientes
que jabón es el mejor para la piel
si esas manchas son picaduras de mosquitos o si son mi enfermedad que me toma del pecho y me tira al suelo, con escalofríos en las espa(l)das.

Casi siempre me dicen que son mi enfermedad

Cruzo pronto la calle en busca de los bocaditos Hollanda que van a recorrer (mi) boca y te pienso pensando en la luna, esa roja que nos alumbra.
Mientras espero que me atiendan: una señora
“Cuantocalorhaceeldíadehoytalcomoeldeayerestabainsoportablevioustedseñor?nohabiaaireenningúnladoeracomounaasfixiadelarespiraciónydelpolvocuantopolvoseñor!”

Mi único consuelo
Son los consultorios,
Yo siempre que puedo
Visito consultorios.

2 comentarios:

lombriza dijo...

Yo comía bocaditos Holanda en la feria de San Roque, con los bocaditos se apostaba en la ruleta.

En la feria siempre había chanchos gritando, esperando su turno de ser chuleta o chorizo.

Cuando alguno de los nietos hacíamos berrinche, mi abuela nos acusaba de "gritar como chancho de la feria de San Roque".

Viva Getulio

Farber dijo...

Quien no ha disfrutado de esos bocaditos. Ademas, creo que es lo más cerca que estuve de algún pais europeo